Lucas, es un perro callejero, el cual sueña con tener un hogar caliente al lado de personas que le brinden mucho cariño. Éste animal abandonado desde los tres meses de edad no hace sino caminar largas calles en busca de comida y de un amo.
Una noche fría y lluviosa, Lucas cruzaba una de las avenidas principales de la ciudad, débil y mojado fue atropellado por un taxi que andaba a gran velocidad. El perrito muy mal herido se recosto en una de las paredes de los edificios; allí en medio de su dolor y agonía pudo visualizar como seria su vida en una casa calientita como siempre lo ha soñado.
Éste perrito se veía allí muy felíz, pues se sintió durmiendo en una cómoda camita, dónde tiene buena alimentación y más que todo un amo que lo acaricia gran parte del tiempo. Lucas se encuentra jugando en el patio con un blanco gatito y una hermosa perrita; pero en medio de tanta alegría no supo controlarse y es así como empieza a dañar el gran jardín en el que se encuentra viviendo.
José, el cual es su dueño siente gran aprecio por su hermoso jardín, pues fue de gran esfuerzo que logró construirlo; entonces al ver lo que el perro hizo, se lleno de mucha ira y suelta varios golpes contra Lucas, dejando así, sin movimiento y muy moribundo el pobre animal.
Lucas en medio de todo esto solamente piensa que lo mejor es no existir más y fue así como abrió sus pequeños y triste ojos, observando que todavía estaba en aquella calle con mucho dolor, entonces se da cuenta que nunca podrá estar en ese gran paraíso soñado y que siempre estará condenado a vivir en la calle sin la ayuda de ningún humano.
Pobre perrito, sin poder mover sus dos paticas y con una gran herida que le dejó el accidente sufrido esa noche, espera silenciosamente y con mucho dolor, la hora de marcharse de éste mundo cruel al paraíso donde llegan todos los perros que no tuvieron ningún hogar; el cielo canino.
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